Para muchos atletas el competir es una idea realmente estimulante y básicamente la razón para entrenar todos los días, casi como si se tratara de una especie de medicina que les ayuda a dar lo mejor de sí. Sin embargo, la mayoría de ellos llega una competencia con el mismo pensamiento:
¿Qué hago aquí?
Este y muchos otros pensamientos negativos pasan por la mente de un atleta al entrenar y competir. La mayoría respecto a su progreso, su técnica o su capacidad. Dichos pensamientos terminan guiando sus acciones y agotan su energía impidiéndole dar un mejor desempeño y a mantenerse motivado, por lo cual es importante manejar esos momentos.
Al respecto, el psicólogo deportivo Piero Trabucchi afirma que la motivación es la habilidad de una persona para manejar alguna inquietud o malestar y soportarlo. Una disciplina que hay que poner en práctica de manera constante.
Por esta razón al preguntarle a un atleta sobre su éxito, la respuesta está relacionada, directa o indirectamente, con alguna clase de sacrificio: Entrenar todos los días, levantarse temprano, etc.
En conclusión se podría decir que no hay una receta a seguir para convertirse en un mejor nadador. Para lograr cualquier objetivo o meta, es necesario tener un pensamiento positivo para recordar que podemos hacerlo y que tenemos la capacidad de triunfar o mejorar cuando sea necesario.
Con disciplina y valentía un atleta será capaz de manejar cualquier pensamiento negativo que pueda surgir y así podrá enfocarse en una sola cosa: ganar.